Bárbara Rodríguez Valbuena
El equipo español se convierte
en el rey de reyes con 4 Copas de la UEFA
Los de Emery consiguieron
remontar un gol tempranero, ponerse por delante y levantar el posterior empate
para hacerse con La Cuarta con un global final de 2-3.
Varsovia se convirtió anoche en el foco del fútbol mundial y no era para menos. Polonia se llenó de aficionados de Dnipro y Sevilla para vivir una noche de las que gustan, una final. Y además, de campeonato europeo. De esas que quedan siempre en el recuerdo de uno de los dos equipos y que tienen un héroe, o dos. El Sevilla se hizo con La Cuarta gracias a las actuaciones de Bacca y a los galones de Banega, nombrado MVP.
El
vigente campeón se encontraba ante la ardua tarea de defender y revalidar
titulo y el Sevillismo, sí, el que estaba en el estadio, el que lo veía desde
las pantallas gigantes de Varsovia y el que estaba en España –porque toda
España anoche era sevillista-, lo sabía. No había comenzado el encuentro cuando
se oía el himno a capella de ese
Sevillismo que se encomendó la tarea de animar y lograr llevar al equipo en
volandas a ganar. Lograr la cuarta era algo inédito, nunca antes nadie lo había
conseguido y los de Nervión tenían la ilusión de hacer el sueño una realidad. Ilusión que el
Dnipro se empeñó en arruinar. Corría el minuto 8 cuando Carriço no llegaba a
despejar el centro de Matheus desde la derecha que Kalinic cabeceó y empujó al
fondo de la red. Emery pedía calma y Banega se echó el equipo a la espalda para
que Krychowiak transformara en gol una de las muchas ocasiones del Sevilla y lograra el
empate batiendo a Boyko. La alegría había vuelto a los hispalenses, que 3
minutos después se pusieron por delante gracias a un pase al hueco de Reyes que en esta ocasión transformaba Bacca. Cuando estos disfrutaban de sus mejores ocasiones, Kolo concedió una
falta en la frontal del área que se convertiría en el empate del Dnipro por mediación
de Rotan. No había tiempo para más.
Los ucranianos volvían a rodar el balón en el Nacional de Varsovia para
vivir con nervios los últimos 45 minutos de la final. Una segunda
parte de intercambios por parte de ambos equipos que no acababan de llegar a
buen puerto. El Sevilla aún no había conseguido hacerse con el control total
del balón y el partido se difuminaba y se hacía menos vistoso que la primera
parte. Kankava se equivocaba en una
salida de balón que Vitolo aprovechaba para asistir a Bacca, que de nuevo se
convertía en el héroe de la final y acercaba La Cuarta a Nervión en el 73’. Los veinticinco
minutos restantes se convertían en un mundo.
Un remate mordido con la zurda de Fedetskiy, un tiro de Leo Matos, un
centro de Konoplyanka blocado por Sergio Rico y un susto por el cabezaszo de Trémoulinas con Matheus hasta que en el 94´ se pitaba el final del encuentro.
El sueño se había cumplido. El Sevilla repetía
la hazaña de Eidenhoven, Glasgow –ambos bajo el mando de Juande Ramos en la
2006-2007 y 2007-2008, cuando aun se llamaba Copa de la UEFA-; y la de la pasada
edición, en Turín, cuando ya se llamaba Europa League y Unai Emery estaba al mando.
La Cuarta ya está en Nervión. [Fuente: www.periodistadigital.com]
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